El concepto de ecoinnovación hace referencia al desarrollo de nuevos productos o procesos productivos, o incluso modelos de negocio, que tienen un bajo impacto ambiental. La innovación es cada vez más importante y necesaria dentro de nuestro día a día, tanto que se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad y de nuestro modelo económico. Innovar se suele relacionar con desarrollar nuevos productos con mejores prestaciones, sin embargo, la innovación también se puede aplicar con otros objetivos como, por ejemplo, el mejor aprovechamiento de los recursos, la fabricación de productos fácilmente reutilizables o el diseño de nuevos procesos que producen una menor cantidad de residuos. Este tipo de innovación se le conoce como ecoinnovación o innovación ecológica. El concepto de ecoinnovación hace referencia al desarrollo de nuevos productos o procesos productivos, o incluso modelos de negocio, que tienen un bajo impacto ambiental durante el transcurso de su ciclo de vida. ¿EN QUÈ CONSISTE? Es mucho más que lanzar un nuevo producto o servicio teniendo en cuenta el uso eficiente de los recursos y minimizando el impacto sobre el planeta y teniendo en cuenta aspectos como la estrategia, el diseño de procesos y la relación con los proveedores y clientes. Así, muchas empresas ven este concepto como una forma de diferenciarse de otras empresas, pero también de reducir costes, evitando el malgasto de energía durante todo el proceso o la utilización de determinadas materias primas. De esta manera, usando un menor número de materiales, por ejemplo, en el embalaje, genera un margen de beneficio mayor que permite ahorrar costes e incluso bajar los precios. Esto, unido a una estrategia de branding que ponga en valor la importancia del medio ambiente para la compañía, podría ser una estrategia empresarial a largo plazo. Este tipo de innovación se encuentra enmarcada dentro del modelo de economía circular, cada vez más común y necesario. materia prima – producir – consumir – desechar – reciclar EJEMPLOS
  • Bioplásticos: Scott Munguía produce bioplásticos a partir de semillas de aguacate. Este ingeniero químico mexicano descubrió en 2011 que la semilla de este fruto contiene un biopolímero similar al presente en el maíz, que se utiliza para producir estos insumos. Por eso, en 2014, fundó Biofase una empresa con sede en Monterrey que comercializa bioplásticos, hechos de biopolímero de aguacate al 60% y compuestos orgánicos sintéticos al 40%.
Las pajitas (popotes) y los cubiertos se descomponen en solo 240 días y no hay necesidad de incineración. Esto los convierte en una alternativa económica y ecológica para ciudades o países que han optado por no incinerar.
  • Turbinas para limpiar océanos y ríos: La contaminación plástica es uno de los desafíos ambientales más apremiantes de nuestro tiempo: daña la biodiversidad marina, las economías costeras e incluso la salud humana. Cada año, alrededor de 13 millones de toneladas de residuos plásticos terminan en los océanos, lo que equivale a un camión de basura por minuto. La mayor parte de toda esta basura se vierte en los ríos de las principales ciudades.
Inty Grønneberg, un inventor ecuatoriano, tuvo la idea de desarrollar varios tipos de turbinas capaces de filtrar y recolectar plásticos de cuerpos de agua, evitando así que terminen en los océanos. A través de su compañía llamada Ichtion, las turbinas pueden recolectar hasta 80 toneladas de plástico de los ríos todos los días y se pueden instalar en cualquier barco y recoger residuos durante la navegación.
  • Bolsas solubles en agua: Un millón de bolsas de plástico se consumen cada minuto en todo el mundo. La mayoría de ellos terminan en vertederos o en los océanos. La bolsa de compras de polietileno de una pieza, creada en la década de 1960, tarda 500 años en descomponerse.
Roberto Astete y Cristian Olivares, fundadores de la empresa chilena Solubag presentaron una bolsa de plástico que se disuelve en agua en solo unos minutos. La bolsa se disuelve completamente en el agua, sin      daño. Incluso se puede beber el agua, ya que no tiene productos químicos. Esta práctica es importante para el desarrollo de la sociedad actual porque el desarrollo de servicios basados en ella significa la distribución de productos más eficientes y de mejor calidad, que contribuirán a mejorar el confort de las personas. Javier López Casarín, experto en Innovación. Fuente