La innovación en el área de los servicios financieros ha sido objeto de críticas cada vez mayores desde el inicio de las dificultades en la banca internacional. Esto ha alimentado una percepción negativa generalizada de la innovación en los servicios financieros. Este artículo sostiene que la innovación no es algo que se deba temer como tal, en realidad es un motor de competitividad y que los beneficios completos para la sociedad podrían no ser aún visibles.

El entorno empresarial y político debería dedicar más tiempo a la innovación financiera para demostrar su valor general y evaluar su impacto a largo plazo, ya que es posible que sus consecuencias aún no se comprendan por completo. La innovación financiera beneficiosa es el tipo de innovación que sirve a los intereses de los clientes individuales, los hogares y los estados, lo que afecta positivamente el funcionamiento de la sociedad en su conjunto.

Se considera que las soluciones de banca móvil son la estrella en ascenso en el área de innovaciones para servicios financieros. Cabe destacar la importancia de conocer el comportamiento del cliente como herramienta orientadora de la innovación. Por tanto, los orígenes de la innovación financiera deben ser las necesidades de los clientes. La visión schumpeteriana sobre la destrucción creativa, el inicio de la innovación radical, está respaldada por esta evolución, ya que la naturaleza descentralizada de las tecnologías de la información y la comunicación en la banca la conducirá a la “innovación disruptiva”. La tecnología es una herramienta única que debe utilizarse para satisfacer las necesidades del cliente y debe traducirse en valores del cliente para una implementación holística.

Se considera que las soluciones de banca móvil son la estrella en ascenso en el área de innovaciones para servicios financieros.

La importancia de la tecnología de la información en los servicios financieros es innegable. Sin embargo, varios factores pueden inhibir la realización de la innovación. Estos pueden ser, por ejemplo, el deseo de los accionistas de lograr una ganancia rápida a corto plazo, la migración del sector financiero de estar centrado en el producto a ser un proveedor de servicio al cliente, el uso intensivo de tecnología que va más allá de la capacidad de los bancos (nivel extremo de alta tecnología), y cuestiones culturales relacionadas con la toma de riesgos.

El sector financiero también está sufriendo de procesos manuales persistentes, lo que implica una posible falta de innovación en los procesos. Cualquiera que sea la innovación que esté teniendo lugar en el proceso financiero, es una innovación incremental y no una innovación radical. Para avanzar realmente hacia una innovación radical para el sector financiero, debemos volver a examinar todo el proceso sin buscar nuevas tecnologías. Este último ya está disponible pero su incorporación en los procesos financieros no es óptima.

Otro ejemplo de innovaciones destinadas a satisfacer las necesidades de los clientes es la mayor integración de las redes sociales para la prestación de servicios financieros. Tiene una multitud de ventajas como la reducción de costes y un mayor ahorro de tiempo. Los servicios financieros a través de las redes sociales pueden alcanzar un mayor nivel de transparencia. Esto último es necesario ya que brinda a los clientes un asesoramiento menos sesgado, aunque las instituciones financieras (como cualquier otra empresa comercial) se centrarán en la obtención de ganancias.